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Joseph, voluntario del programa Model of Hope, junto a otras dos personas en Ghana.
Se cumplen 15 años desde que comenzó la colaboración de Apple con (PRODUCT)RED por la que ya se han recaudado casi 270 millones de dólares para detener el avance del sida en los países del África subsahariana, entre ellos Ghana.
Joseph se embarca en un viaje muy importante en el hospital St. Martin de Porres de las afueras de Acra (Ghana). Tiene 27 años, y está recogiendo fármacos antirretrovirales vitales para dos meses de tratamiento. Pero, aunque lleva tomándolos cada día desde que le diagnosticaron el VIH con 11 años, no son para él.
Joseph forma parte de un programa llamado Model of Hope que dirige la Christian Health Association of Ghana (CHAG), y se dedica a buscar la colaboración de personas seropositivas para ayudar a otros en la misma situación. La CHAG es una de las muchas organizaciones de voluntarios y proveedores de servicios sanitarios a los que presta apoyo el Fondo Mundial.
Dos personas que trabajan en el hospital St. Martin de Porres de Ghana, en un despacho.
El hospital St. Martin de Porres de las afueras de Acra, en Ghana, recibe un apoyo fundamental por parte del Fondo Mundial y de Apple.
Este año se cumplen 15 años desde que comenzó la colaboración de Apple con (PRODUCT)RED por la que ya se han recaudado casi 270 millones de dólares para el Fondo Mundial para detener el avance del sida en los países del África subsahariana.
A causa de la COVID-19, esta misión es más importante que nunca. Para afrontar ambos retos, el pasado año el Fondo Mundial lanzó su respuesta a la COVID-19, que buscaba aliviar los efectos de esta segunda pandemia en lugares ya muy afectados por el VIH y el sida. Apple fue una de las primeras compañías que dirigió su atención y recursos a apoyar al Fondo Mundial en su lucha contra la COVID-19, y hasta finales de 2022 seguirá dedicando a esta causa la mitad de los beneficios válidos obtenidos de compras de productos (PRODUCT)RED, mientras que la mitad restante se destinará directamente a la lucha contra el sida.
Una paciente recibe su tratamiento de antirretrovirales en el hospital St. Martin de Porres.
La pandemia de la COVID-19 se lo ha puesto más difícil a los pacientes para acudir a recibir sus tratamientos de antirretrovirales en hospitales como el St. Martin de Porres.
Joseph es una de las 13,8 millones de personas que tiene acceso a estos tratamientos gracias a las aportaciones de Apple al trabajo del Fondo Mundial en África, y ve a diario los efectos que tiene la COVID-19 sobre aquellos a los que ayuda en el programa Model of Hope.
«A veces, cuando les toca venir a recibir su medicación, no pueden a causa de la COVID-19», dice Joseph. "Debido a que tienen miedo, piensan: 'cuando vienes al hospital, te contagias de COVID', por lo que muchos no vienen en absoluto".
Para las personas inmunodeprimidas, como las que tienen VIH y deben tomar sus antirretrovirales a diario, faltar a estas citas supone un riesgo muy importante, pero también lo es exponerse a la COVID-19. Los voluntarios de Model of Hope como Joseph se aseguran de que muchos pacientes reciban medicación y consejo, incluso cuando no están dispuestos a desplazarse o no pueden hacerlo.
Cuando empezó la pandemia de la COVID-19, muchos negocios echaron el cierre y se restringió en gran medida el movimiento», explica Kafui Kornu, responsable de comunicaciones de la CHAG. «En ese sentido el sistema de Model of Hope fue de gran ayuda, y han hecho un gran trabajo para identificar a las personas que necesitan ayuda y enviarles medicamentos. Cuando van a esos lugares, descubren que no es que la persona no quiera desplazarse, sino que suele tener algún impedimento para poder recibir su tratamiento.»
Joseph, voluntario del programa Model of Hope, recoge fármacos antirretrovirales.
Joseph recoge fármacos antirretrovirales para entregar a las personas a las que ayuda a través del programa Model of Hope.
Rebecca, de 45 años, también es voluntaria en el programa Model of Hope, y lleva 15 años tomando medicamentos antirretrovirales. A pesar de ser seropositiva, ha tenido tres niños sin el virus, y eso se debe a que siguió los protocolos para evitar la transmisión de madres a hijos. Gracias a los 15 años de colaboración de Apple con el Fondo Mundial, más de cinco millones de mujeres embarazadas han recibido asesoramiento sobre estos protocolos para evitar transmitir el VIH a sus bebés.
Rebecca, voluntaria del programa Model of Hope, trabaja en su tienda.
Rebecca, que es propietaria de una pequeña tienda cerca del hospital St. Martin’s, entró en el programa Model of Hope para ayudar a los demás y devolver lo que ella misma había recibido.
«Si el Fondo Mundial, con ayuda de Apple y otros socios, no hubiera sentado unas bases para luchar contra el VIH en las dos últimas décadas, mucho de lo que estamos haciendo hoy para afrontar retos sanitarios mayores como la COVID-19 no sería posible», ha dicho Luisa Engel, directora de impacto de (RED). «Los trabajadores sanitarios que han sido formados para luchar contra el VIH también son capaces de diagnosticar si un niño tiene malaria, de comprobar tu nivel de azúcar en sangre si tienes diabetes o de ponerte una vacuna contra la COVID-19. Por eso la infraestructura comunitaria creada por el Fondo Mundial y respaldada por compañías como Apple tiene tanto alcance en la salud.»
En Ghana, eso se traduce en una reducción del 21 por ciento en las nuevas infecciones de VIH en la última década, y en las 200.000 personas que reciben antirretrovirales en comparación con las 40.000 que los recibían en 2010. Gran parte de este éxito se fundamenta en el trabajo que el Fondo Mundial hace con las comunidades y en los esfuerzos de los voluntarios seropositivos por luchar contra el estigma asociado al diagnóstico, porque ellos demuestran que con tratamiento es posible vivir una vida plena.
«Mírame a mí. Empecé a tomar los medicamentos de joven y ahora tengo 27 años», dice Joseph. «En el futuro quiero ser técnico de laboratorio, para seguir formándome. Así que, si tomas antirretrovirales, puedes ser como yo; y sé que tengo un gran futuro por delante.»
Rebecca, voluntaria del programa Model of Hope, posa ante su tienda.
Rebecca siguió los protocolos para evitar la transmisión de madres a hijos y dio a luz a tres bebés sin el virus.
Rebecca habla sobre su situación con las personas a las que ayuda y también con sus propios hijos para darles las herramientas que necesitan para protegerse a ellos y a los demás. Para ella el voluntariado es una manera de devolver lo que ha recibido.
«Quería formar parte de Model of Hope porque antes alguien me ayudó a mí», dice Rebecca. «Si estoy viva, creo que es para ayudar a los demás.»
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