ACTUALIZACIÓN
21 febrero 2023
Con el Apple Watch, los investigadores exploran nuevos terrenos en salud cardiaca
En un día, el corazón de un adulto promedio y en buen estado late más de 100,000 veces. Detrás de cada pulsación y de cada día que pasa se esconde una imagen que suele pasar inadvertida para muchísimas personas, pero el Apple Watch ayuda a hacer visible lo invisible. Con sus funcionalidades de salud cardiaca, como las notificaciones de frecuencia cardiaca alta y baja, niveles de capacidad aeróbica, notificaciones de ritmo irregular, la app ECG y el Historial de Fibrilación Auricular, Apple logra ofrecer a sus usuarios una vista en constante evolución de su salud con datos accionables.
La misma tecnología avanzada que pone en manos de los usuarios mejores datos sobre su salud también tiene el potencial de transformarse en una valiosa fuente de información para la comunidad de investigadores y profesionales de la salud. Desde que Apple lanzó ResearchKit y CareKit en 2015, investigadores, médicos y desarrolladores han accedido a maneras muy innovadoras de estudiar, monitorear y tratar un gran abanico de enfermedades.
Y con el fin de animar investigaciones cuyos resultados terminan por mejorar la salud a escala, Apple lanzó el Investigator Support Program. A través de este programa, Apple ofrece a los investigadores dispositivos Apple Watch que les permiten dar nuevos pasos en sus investigaciones médicas, que incluyen una mejor comprensión científica del corazón.
Apple destaca trabajos de vanguardia de investigadores de la salud de todo el mundo que están usando el Apple Watch para estudiar el corazón como nunca antes se hizo.
La profesora asociada Rachel Conyers y la Dra. Claudia Toro son oncólogas pediátricas sénior de Melbourne, Australia. Se dedican principalmente a pacientes internados en una clínica oncológica pediátrica de cuidado terciarios y, además, estudian toxicidades que pueden estar relacionadas con las terapias contra el cáncer que se usan en niños en el Murdoch Children’s Research Institute. Su objetivo es investigar los efectos de los tratamientos en la frecuencia cardiaca e intentar encontrar maneras innovadoras de intervenir. Su inspiración proviene de sus propios pacientes y de sus historias, que a veces tienen un final feliz y, otras veces, no.
Las toxicidades de los tratamientos oncológicos pueden crear alteraciones en el ritmo del corazón, como el síndrome de QT largo, que puede llegar a ser letal para quien lo sufre. El síndrome de QT largo crea una frecuencia cardiaca irregular, ya que aumenta la cantidad de sangre que debe pasar por el corazón.
Los niños son susceptibles al QT largo y, por esto, deben ser estudiados al menos una vez por semana al recibir un tratamiento oncológico mediante electrocardiogramas de 12 derivaciones, como explica la Dra. Conyers. Sin embargo, los paciente ambulatorios también deben controlarse.
"Leí sobre los estudios del corazón de Apple y me pareció de mucha importancia para el mundo de la pediatría", expresa la Dra. Conyers. "Solíamos pensar en la toxicidad cardiaca como una consecuencia que aparecía 10 años luego del tratamiento, pero ahora sabemos que los nuevos tratamientos oncológicos, como la terapia inmunológica o con inhibidores específicos, pueden producir arritmias a las 48 horas de tomada la medicación, un gran cambio de lo que sabíamos hasta ahora sobre las toxicidades".
En los meses que siguen, la Dra. Conyers y su equipo del Murdoch Children’s Research Institute comenzarán a estudiar la sensibilidad de la app ECG del Apple Watch en 40 pacientes niños y adolescentes.1 Esto permitirá al equipo buscar maneras de que estos pacientes puedan hacerse un ECG donde y cuando quieran y puedan. El equipo espera que todos los datos obtenidos les permitan comprender mejor la realidad de la toxicidad cardiaca e identificar posibles intervenciones.
Toda persona de la Bahía de San Francisco recuerda el día que el cielo se volvió color naranja. Fue el 9 de septiembre del 2020. Ese día, la Dra. So-Min Cheong, profesora asociada del departamento de administración y servicios públicos de la Escuela Bush en Texas A&M University, estaba en Palo Alto, California.
"Todavía guardo en mi teléfono fotos de ese día", cuenta la Dra. Cheong.
El estado de California sufrió una serie de incendios devastadores durante los años 2020 y 2021. La Dra. Cheong investiga las consecuencias que tienen los desastres naturales y el cambio climático tanto en la sociedad como en la salud de las personas. Vio en esta catástrofe la oportunidad de estudiar el impacto que tenía el humo de los incendios en la salud cardiaca de los miembros de los equipos de bomberos.
"Las recomendaciones de salud o intervenciones de corte más general no eran lo suficientemente buenas a mi parecer", asegura la Dra. Cheong. "Cada persona es única. Cada individuo es distinto cuando de su salud se trata, y es por eso que me propuse investigar más".
Mediante sus contactos en el mundo de la investigación, la Dra. Cheong se enteró de que el Apple Watch podía ayudarla a recopilar el tipo de datos de salud que necesitaba. "Un colega de Stanford compartió su experiencia con el Apple Watch, que tiene buena fama por la precisión con la que registra la frecuencia cardiaca", agrega. "Siempre quise hacer análisis y recopilar mediciones de salud más precisas usando sensores y métodos no invasivos para los individuos involucrados".
El mes que viene, la Dra. Cheong de Texas A&M University, junto con los Dres. Brian Kim y Marco Perez de Stanford Medicine, repartirán dispositivos Apple Watch a las personas que forman parte de los equipos de bomberos para así estudiar el impacto que el humo de los incendios tiene en su salud cardiaca. La temporada de incendios comienza en la primavera en Texas y durante el verano para California, y hasta 200 bomberos de estas regiones serán parte del estudio.
El estudio busca usar el Apple Watch para monitorear el ritmo y frecuencia cardiacos, el sueño, el oxígeno en sangre, los datos de actividad y más. Los bomberos también llevarán puesto un monitor de calidad del aire y completarán encuestas con preguntas sobre sus horas de sueño, actividad y síntomas relacionados con el humo.
"Los equipos de bomberos se terminarán por beneficiar de este estudio", asegura la Dra. Cheong. "Sabemos que el humo de los incendios afecta directamente su salud, y un estudio como este nos permitirá ver los resultados en tiempo real".
De todos modos, no quiere adelantar posibles hallazgos generalizados de este estudio por ahora, en especial cuando parte del espíritu del estudio es ver qué tipo de datos de salud precisos e individualizados puede aportar el Apple Watch.
"Nunca se hicieron estudios de esta naturaleza, así que no hay ninguna hipótesis que confirmar o refutar", explica la Dra. Cheong. "Es un proyecto más exploratorio y los resultados nos ayudarán a comprender la precisión que puede alcanzar un análisis como este para crear intervenciones más específicas a cada situación. También creo que un estudio así nos puede ayudar a comprender mejor a los grupos de alto riesgo".
Los expertos en epidemiología de Europa esperan que la tasa promedio de fibrilación auricular (AFib) en la Unión Europea se duplique para el 2060. La AFib es una forma de arritmia cardiaca común que, de no tratarse, puede tener consecuencias graves, como un aumento en el riesgo de sufrir un ACV o insuficiencia cardiaca.
En University Medical Centers en Amsterdam, el Dr. Sebastiaan Blok, director del equipo de salud digital (también conocida como eSalud) en Cardiology Centers en Países Bajos, y sus colegas están investigando distintas maneras de detectar la AFib más tempranamente. Los investigadores desarrollaron un estudio controlado aleatorio como parte de una iniciativa mayor denominada HartWacht, el primer concepto de salud digital reembolsable.
En Países Bajos, "existen unos 300,000 pacientes que han recibido un diagnóstico de fibrilación auricular", explica la Dra. Nicole van Steijn, parte del equipo. "Pero también existe un estimado de 100,000 personas que no saben que tienen esta enfermedad, posiblemente porque son asintomáticas".
Para el estudio, esperan contar con la participación de más de 300 pacientes mayores de 65 años propensos a sufrir de AFib. La mitad de los participantes (el grupo de intervención) usarán el Apple Watch al menos 12 horas al día.
"El Apple Watch es un dispositivo portátil muy usado y confiable que creemos que puede resultar de mucha utilidad para nuestro estudio y permitirnos comprender de qué manera podríamos integrarlo en el sistema de salud", expresa el Dr. Blok.
Como parte del diseño del estudio del grupo, se espera que los participantes se hagan un ECG al menos una vez cada tres semanas o bien cada vez que experimenten síntomas. Si el participante recibe una notificación de ritmo cardiaco irregular, los investigadores se pondrán en contacto con esta persona con instrucciones sobre cómo hacer el ECG y compartir los resultados.
Pasadas tres semanas del estudio, los investigadores pudieron identificar un participante asintomático con AFib en el grupo de intervención.
Este estudio es el primer paso de lo que esperan comprender mejor usando el Apple Watch. En un futuro, planean encontrar maneras de identificar posibles oportunidades para usar la app ECG para monitorear pacientes desde su casa, ya que ciertos medicamentos pueden alterar el ritmo cardiaco. También están estudiando de qué manera se podría usar el Apple Watch para hacer un seguimiento de pacientes con insuficiencia cardiaca desde su casa, ya que se trata de una enfermedad costosa, e identificar marcadores indicativos de que la enfermedad podría empeorar.
"Seguimos creciendo e innovando con cada nueva oportunidad, fundados sobre una base científica y tecnológica", afirma el Dr. Blok.
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- La app ECG está autorizada para usarse en pacientes adultos. Su uso pediátrico es sólo a fines de investigación.